Alimentos básicos de Indonesia que impedirán la inanición de los más aprensivos visitantes. ¿Insectos, perros? No, mejor arroz, pollo, pescado y frutas.
Una de las primeras cosas que me pregunta todo el mundo es: ¿Y las comidas qué tal?
La pregunta, irremediablemente, va acompañada de una expresión de asco o de terror y del comentario «he oído que en China comen perros, saltamontes…»
A ver, Asia es muyyyy grande, más de lo que parece en el mapa. Por otra parte, si en España nos vamos a la ciudad vecina y ya la gastronomía cambia, imaginaos en todo un continente.
Es cierto que en muchos países asiáticos se come eso y más, no lo voy a negar, incluso aquí mismo en Indonesia.

Carta de un restaurante de insectos adonde nos llevó un taxista en Vietnam ¿Cabe decir que ese día ayunamos?
Pero no hay que ser alarmistas, no toda la población come estas cosas, ni tampoco lo vas a ver en cada esquina. Así que, relajemos las caras, no va a ser tan grave ni acercarnos al mercado ni comer en un restaurante. Al menos por ese motivo.
Yo, en siete meses que llevo en el país, aún no he visto nada “extraño” por ningún sitio, ni en mercados, ni en supermercados, ni en restaurantes ni en puestos callejeros.
Excepción hecha de Manado, población al norte de Sulawesi donde, de ser aprensivo, mejor no acercarse al mercado, no vaya a ser que cualquier murciélago, serpiente o roedor resucite, o lo que es más seguro, que tú te mueras al verlos en los puestos.

Tiburones , de lo más normalito que encuentras en el mercado de Manado
1. EL ARROZ
Como en toda Asia, el alimento básico y esencial es el arroz. Para ellos es imprescindible. No existe desayuno, comida o cena en la que no se sirva en cantidad generosa. Y te mirarán con mucha extrañeza si no lo pides en el restaurante. Es más, aunque digas que no quieres, raro será que no te lo sirvan.
Existe una gran variedad de tipos aunque en general los granos son más pequeños que los de casa y su cocción distinta.

El arroz no se vende por paquetes sino por bolsas gigantes
Se puede cocinar de muy diversas formas, dos de las más habituales son cocido o frito. El cocido suele venir apelmazado y sin pizca de sal, por lo que, o lo mezclas con alguna salsa o se te hace una bola imposible.
El frito, sin embargo, tiene su gracia, primero porque va mezclado con algo de calamar o algún otro pescado, y segundo porque va en una salsa de color rojo que le da otro toque, tanto al gusto como a la vista.
Si lo has de preparar tú y no eres muy hábil en la cocina, como es mi caso, no viene mal utilizar una máquina de cocer arroz. Yo, hasta ahora no las conocía. Había una en casa y pensaba que era una freidora de esas que no necesitan aceite. Menos mal que siempre alguien te saca de la ignorancia.

Cocedora de arroz
2. EL SAMBAL
Aunque no es en sí un alimento, un segundo elemento se hace del toooodo imprescindible en cualquier plato indonesio, el sambal. Para la mayoria de los occidentales no es muy seguro que digamos, por eso mismo aviso.
No importa lo que comas, ni a la hora que comas, tanto si son las cinco de la mañana como las diez de la noche y tanto si es pescado como carne, verduras, arroz… o lo cocinan con él, o te lo ponen en un cuenco aparte para que te sirvas al gusto. En definitiva, es como para nosotros el pan, sin él parece que le falta algo a la comida,
¿Que qué es el sambal? De normal te diría, pruébalo primero. Pero, en este caso, sería muy cruel por mi parte.
El sambal es la salsa másssss picante que te puedas echar a la cara, una mezcla de guindilla con no sé qué más. El simple contacto con la punta de la lengua ya te deja paralizada la boca durante un buen rato.

Distintos tipos de guindillas utilizadas para la elaboración del sambal
Vamos, el equivalente a cualquier pimiento de Padrón que se precie, sólo que en España sólo se atreven con ellos unos pocos y de vez en cuando, y acá lo toman todos sin excepción, a diario y en cantidades ingentes.
Esto es lo que peor llevo en este país, el sempiterno picante. Más de una vez estando fuera de casa me he quedado sin comer porque no había nada sin picante. En esos momentos me acuerdo de una de las frases que se han hecho famosas de nuestro país: “Positivo, hay que pensar en positivo”.
Así que nada, a ser positivos, si un día me quedo sin alguna comida ¡doscientos gramos menos mañana en la báscula!
3. VERDURAS
El resto de comestibles ya no asustan. Al menos los que he encontrado hasta ahora, porque no hay un solo día que no descubra alguno nuevo.
Un tercer alimento básico son las verduras. Algunas para nosotros habituales, como la lechuga normal y corriente, aquí son inexistentes, aunque puedes encontrar algo de verde con una cierta similitud a las conocidas.

Estas son verduras ecológicas, las normales no suelen tener tan buen aspecto
Si te sirven verdura cocinada, sin problema. Cruda no es muy recomendable porque hay que lavarlas muy bien para evitar bacterias, así que si comes fuera no me fiaría yo mucho.
Si las preparas en casa, da pereza lavar y lavar por lo que es interesante saber que, en algunos supermercados venden un jabón desinfectante que se añade al agua para este menester.
4. FRUTAS
En cuanto a las frutas, existen multitud de variedades, todas fiables para nuestros estómagos. Eso sí, he de insistir en lavarlas cuidadosamente o pelarlas, aunque a la mayoría, sí o sí, hay que quitarles la parte externa.
Algunas son difíciles de encontrar y su calidad no es muy allá. Son las consideradas exóticas. Este exotismo obviamente se trasluce también en el precio. ¿De qué frutas estaríamos hablando? Pues, por ejemplo, de manzanas y uvas. Sí, como te digo.

Al ser consideradas exóticas, a veces las presentan así de bonitas para ser regaladas en ocasiones importantes
Sin embargo, la papaya, el mango, la piña, el rambután, etc. etc., ahora sí algunas ya exóticas para mí, las encuentras por doquier. Todas ellas exquisitas, algunas con poco que comer pero muy dulces y con muchísimo jugo, cosa que con el extremo calor, no sólo se agradece sino que va genial para reponer líquido y azúcares.
La más polémica es el durian. La relación con ella es de amantes, o la adoras o la odias.

Son de enorme tamaño. El aspecto no está mal, el olor ya es otra cosa
Su olor, aún cerrada, es tan fuerte y extraño, que a mucha gente le parece repulsiva, hasta tal punto que, en algunos establecimientos hoteleros y en los transportes públicos encuentras carteles con la prohibición de entrar con ella.

Cartel en la puerta de un hotel
Ante esto, la verdad es que no me atrevo a comprarla, aunque una vez no tuve más remedio que comerme un pastelillo hecho con la susodicha, y bueno, al menos cocinado, no parece que fuera tan terrible.
5. PESCADOS
El pescado es otro de los alimentos más comunes y recomendables de Indonesia. Eso sí, por cada uno que reconoces, pongamos el atún, encuentras no sé cuántos desconocidos. Frito, a la barbacoa, cocido, en sopa… son todos deliciosos.
Aunque a veces es cierto que si alguien conocido no te recomienda un pescado en cuestión, no lo pruebas ni en broma. Por ejemplo este que os muestro. Kudu kudu es su nombre.
Quitando aquellos especímenes que aparecían en los cromos que coleccionábamos de pequeños y que primorosamente pegábamos en el álbum ¿habíais visto algún pescado así de feo? Y eso que el perfil es su lado favorecido, de cara, da miedo.
Además, si le das con los nudillos, compruebas que está blindado, totalmente rígido, suena a macizo y todo. Pues bien, en los restaurantes los abren, cortan en taquitos su interior y los fríen. El resultado es exquisito, algo parecido a nuestro adobo.
6. CARNES
En Indonesia se come mucho pollo. Es otro de los alimentos básicos. En el extrarradio y las zonas rurales se ven sueltos por todas partes, así que, de tanto esquivarlos más vale que no se les coja cariño ni manía, no vaya a ser que luego no puedas comerlos.
Aunque menos habituales en la mesa que los pollos, algo parecido ocurre con los patos.

Patos paseando por la calle de un poblado
Ternera o quizá sería mejor decir buey o búfalo, también hay aunque, debido a su precio algo más elevado, no es tan popular.
En cuanto a la carne de cerdo, ya hay que puntualizar y es que, como hemos comentado en más de una ocasión hay cinco religiones oficiales y si bien cuatro de ellas no tienen inconveniente en consumir cerdo, la mayoritaria, la musulmana, lo tiene estrictamente prohibido.
Así pues, en la mayor parte de Indonesia es difícil de encontrar. Por ejemplo, aquí en Makassar, cuya población no musulmana es reducida, sólo podemos conseguir cerdo en el mercado chino y en unos pocos restaurantes regentados por algún chino.
Sin embargo hay dos grandes excepciones. Una es la zona de Toraja, de la que hemos hablado largo y tendido, comunidad cristiana del centro de Sulawesi, donde en los rituales funerarios se sacrifican docenas de cerdos que luego son ingeridos por la población.
La otra excepción es Bali, de mayoría budista, donde el cerdo es incluso motivo de una celebración anual.
7. BOLLERÍA Y REPOSTERÍA
Un ligero apunte para los golosos. En la dieta indonesia, tan importante es lo picante como lo dulce. Así que bollería encontrarás mucha, dulce o picante, o ambas cosas a la vez, a elegir. Y repostería, cantidad, a todas horas, a veces algo grasa y casi siempre exquisita.
El tema es amplio, así que para aquellos curiosos interesados en conocer las distintas frutas, verduras y platos típicos, lo que te puedes encontrar o no en un restaurante o en un supermercado, iré abriendo otras entradas. Algunos productos, de verdad, te dejan con la boca abierta.
En fin, a grandes rasgos, veis que ni vosotros ni yo nos quedaremos sin comer… al menos por falta de alimentos… ¡Otra cosa es la vaguería para cocinar!
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17 mayo, 2016 a las 6:05 am
Q ilustrativo, Nely! Yo con el pescado y la fruta iría servida. Me encantaría probar alguno de los q citas, eso si, sin picante. Besos
17 mayo, 2016 a las 9:57 pm
Pues ya sabes que lo mío no es la cocina, así que espero que aparezcas un día para probarlo in situ. Bts.