INCREÍBLES LUGARES DONDE NUNCA SE TE HUBIERA OCURRIDO DESCANSAR ETERNAMENTE. LOS ENTERRAMIENTOS DE TANA TORAJA, SIN DUDA ¡LUGARES PARA MORIRSE!
Tras conocer la singular arquitectura de Tana Toraja, proseguimos nuestro recorrido. Por fin vamos a ver si esas fotografías de los lugares de enterramiento que aparecen en los libros son reales, porque curiosas, desde luego, parecen.
No se trata de cementerios como los nuestros, tampoco de jardines, y mucho menos del tipo Arlington que tanto vemos en las películas. ¿Que qué más tipos puede haber? Pues no uno ni dos sino toda una variedad. Vayamos allá.
Recordemos que estamos en una comunidad cristiana, creen en una vida después de la muerte aunque, a diferencia de nosotros, aún hoy, a menudo, los difuntos son enterrados con los enseres personales que pudieran necesitar a posteriori. Esto, como en otras culturas, llama al pillaje, aunque los lugareños hace tiempo que decidieron ponérselo un poco crudo a los saqueadores.
LONDA
A veces algún lugar te impresiona no sólo por su belleza sino por la grandiosidad de su simpleza. Este fue mi caso.
Llegamos a la zona de Londa. Después de un pequeño tramo a pie, contemplamos un valle rodeado de riscos altísimos llenos de vegetación. ¡El paisaje era sublime!
Al acercarnos, empezamos a descubrir marcas oscuras en la montaña, a una altura más que considerable. Se trataba de las entradas de los enterramientos, oquedades naturales o artificiales, unas abiertas y otras cerradas con madera.
Si os fijais bien, por la parte izquierda, a bastante altura, hay una pequeña raya blanca arqueada. Os acerco el detalle:
Si no lo veo no lo creo. Cómo depositan los féretros ahí, bajándolos con cuerdas, debe ser todo un espectáculo digno de presenciar.
Iba algo inquieta, no lo voy a negar. Pero me venía a la mente mi madre. Ella siempre decía que de quien había que tener miedo era de los vivos, y a esas palabras me aferré.
A escasa altura, como saliendo de su morada para curiosear al visitante, vimos alguna que otra calavera. También féretros apilados. Impacta un pelín, aunque no demasiado.
La montaña se aprovecha a tope. Encontramos además féretros colgantes. Algunos incluso con vajillas de barro, parte del ajuar funerario.
Si aplicamos un poco la vista en la imagen siguiente, veremos tres calaveras como queriendo salir de su encierro. Es normal, la madera se deshace. Aunque, vistas así, no me extraña que en la zona crean a pie juntillas en los fantasmas.

¿Necesitas pista para encontrar las calaveras? Dos juntitas en el faltante de madera del frente y la otra a la derecha, un trocito blanco chiquitín.
LOS TAU TAU
Lo que verdaderamente impacta, y no precisamente por la misma causa, es el pequeño montículo de la base de la montaña, en el que se asienta una gran balconada repleta de tau tau, tallas de madera, a tamaño real, que representan a parte de los que están enterrados en la cueva anexa.
Y digo a parte porque, como dato curioso, todos los de la familia, mientras quepan, son enterrados en la misma cueva, pero sólo los niños y los adultos que ya son abuelos pueden ser representados en una talla.

¿Localizas el féretro colgante anterior? Mira a la derecha, a la altura de la segunda liana.
Vamos acercando la imagen:
Ahora un detalle, parte de la familia.
La cantidad de tallas a tamaño natural, el realismo, el colorido, el emplazamiento… A veces las fotos engañan, te hacen creer que algo es fantástico cuando en realidad no es así. Este no es el caso aquí. In situ, puedo asegurar que superó con creces mis expectativas.

Si enmarcamos ahora otro detalle, nunca un mejor retrato de familia.
En el suelo vislumbro dos pequeñas cuevas abiertas. Mi marido me insiste, igual no deberías entrar, puede que te impresione. Pero yo quiero ver, formar mi opinión. No se trata de morbosidad. A fin de cuentas, aunque, no nos preparan para ello, y no creas que no vendría bien, la muerte está ligada inexcusablemente a la vida.
Ambas cuevas están repletas de féretros apilados. Es chocante, pero una vez que se deposita un ataúd, ningún familiar puede volver a entrar hasta que no haya que depositar otro. ¿Qué ocurre con esto? Que la madera es un material orgánico y, por su propia naturaleza, por la humedad y por el peso de los que van depositando encima, llega un momento en el que se rompe y van quedando huesos por acá y por allá.
Curiosamente, personas ajenas a la familia, como nosotros mismos, sí pueden entrar. Pero nadie osará tocar nada. Es así de caótico como debe permanecer.
ROMEO Y JULIETA
Vemos dos cráneos muy juntitos en un rinconcillo. Posiblemente estarán puestos a propósito, pero nos cuentan que aparecieron tal cual. Uno es masculino y el otro femenino por lo que los han bautizado con el nombre de Romero y Julieta.
No es que se parezcan mucho a los que aparecen en el cine, pero ¿qué pareja se resiste a fotografiarse con ellos? No muestro nuestra foto, por aquello del derecho a la intimidad de los susodichos amantes.
LEMO
Obviamente, no todo el mundo puede descansar en un huequito de la montaña. Es muy caro. Entraña mucha dificultad trabajar la pared según a qué altura y ni me imagino bajar el arcón con cuerdas o lianas. Aún así, recorrimos varios emplazamientos similares.
Estamos ahora en Lemo. Los tau tau aquí son bastante toscos, pero nuevamente la cantidad, el colorido de sus ropajes, la ubicación, ese “estar tan juntita la familia”… los hace realmente increíbles.

O el chaval de blanco superó la talla media familiar, o el escultor se pasó ligeramente. Pero todo se soluciona con unos martillazos más a la piedra.
¿REAL O PORT AVENTURA?
Nos desplazamos a un nuevo punto, no sin antes saludar al señor que, subido a un andamio de bambú, trabaja en una nueva cueva.
Esta vez, aunque el paraje natural seguía siendo bello, reconozco que era más tétrico. También he de reconocer que tal vez no me afectaba anímicamente porque me parecía irreal, como si estuviera inmersa en el decorado de una película de terror o caminando por una de las zonas de Port Aventura o Terra Mítica.
Pero de irreal nada. De nuevo estamos al pie de una pared escarpada, pero esta vez vamos subiendo, divisando los ataúdes adosados a la pared o colgando de los salientes. También los hay en el suelo, en troncos huecos de madera con forma de cerdo o búfalo. No tienen tapa y en ellos se alinean o revuelven calaveras y huesos.
Aunque abrigados por las salientes rocas de la inmensa montaña, las siguientes imágenes siguen siendo del exterior.
No, de verdad que a pesar de todo no resulta tan lúgubre. Siempre hay algún detalle que parece quitarle gravedad al escenario. Por ejemplo, lo que ocurre con los cigarrillos.
Fumar es una de las cosas que más aman los indonesios y, como piensan que en cualquier momento los difuntos volverán a esta vida, les dejan cigarrillos a mano. A menudo incluso se los ponen en la boca. Realmente para ellos el fallecido ni siquiera está muerto sino de viaje y es un detalle, un favor que, en cualquier momento seguro devolverá.
Esta explicación proporciona una cierta distensión al foráneo. Y que conste que no es una historia, lo creen a pie juntillas. Para nuestra mentalidad es algo chocante, pero para ellos es algo muy importante, por lo que debemos mostrar el máximo respeto.
Algo parecido sucede con la bebida. Observas que hay muchas botellitas de agua abiertas entre las calaveras y piensas que la gente podía ser más respetuosa y limpia y tirarlas en otro sitio. Pero no, nuevamente es una cortesía, para que beban cuando tengan sed.
Una vez en la cueva, como siempre, los tau tau nos dan la bienvenida. Afortunadamente, también nos despiden. Y es que, hasta que no sales no te quedas del todo tranquila, la verdad.
MONTÍCULOS HORADADOS
Seguimos con huecos excavados pero esta vez en montículos de unos 2-4 m. de altura. En el exterior suelen poner la foto del difunto aunque, si vemos un sombrero tipo asiático junto a la puerta, directamente ya sabemos que se trata de una mujer.
En cualquiera de los lugares visitados, nos llaman la atención las casitas tradicionales en miniatura junto a los enterramientos. Algunas están en perfecto estado y otras hechas polvo. Nos da impresión de dejadez.
Nos explican que son llevadas en la procesión el día del entierro y que no se pueden tocar para nada hasta el siguiente sepelio, de ahí que presenten o no buen aspecto, del tiempo que haya transcurrido desde el último. Nuevamente no deja de ser chocante para el extranjero.
ROCAS EN PLENO ARROZAL
Ya perdí la cuenta, pero he aquí un nuevo tipo de enterramiento, una preciosidad. Horadan unas rocas inmensas dentro mismo de los arrozales, colocando en la puerta las tallas de madera a escala real de las personas que la “habitan”. A menudo es sólo el matrimonio.

Podemos intuir las medidas por el tamaño del vano de la puerta. Aún no tiene tau tau por falta de tiempo desde el fallecimiento o tal vez de dinero, pero sí se ven las fotografías de las personas que descansan en su interior y el cartel redondo con el nombre del último en fallecer

Imagen de una roca con las tallas a tamaño natural a la que han añadido una casetilla superior para más miembros de la familia. Me llama la atención el cruce de piernas de la escultura, le da un aspecto de lo más relajado.
En esta otra foto se muestra el aspecto posterior de esa misma roca. A juzgar por lo impecable de madera y carteles, no debe haber transcurrido mucho tiempo desde que se abrió por última vez. Lo que hay sobre el césped, a la derecha, y también sobre el tejado, a la izquierda, sí, son féretros, pero vacíos. Los difuntos en casita.
Otras veces se trata de pequeñas casas cuadradas en la orilla. Desde lejos, viendo las figuras sentadas, piensas que son personas reales tomando la fresca.

Los dos juntitos en la mecedora contemplando el paisaje desde el porche. ¿No resulta encantador?

Y las vistas… “REALMENTE SON PARA MORIRSE”
ENTERRAMIENTOS MÁS MODERNOS
Los enterramientos modernos que visitamos no tienen una localización tan bonita pero lo compensa la calidad de las tallas que, por primera vez, para protegerlas de las inclemencias o por su más alto precio, están protegidas por cristales. El parecido con la persona difunta, que se suele mostrar detrás en una fotografía, es realmente asombroso.

La pareja superior vista de cerca. Lo que no me termina de cuadrar es la diferencia de calidad tan tremenda entre la cara y las manos de la anciana.
Junto a estas dos pequeñas maravillas, encontramos el mayor féretro visto hasta ahora. Yo diría que para familia numerosa bien avenida. Subiendo la escalera hay una persona (hay que fijar algo la vista), se puede comparar el tamaño.
ENTERRAMIENTOS DE BEBÉS
Para finalizar, visitamos uno de los lugares de descanso de los bebés. Condición para que puedan ser depositados aquí, que aún no posean dientes.
Me fijé en los turistas. Todos estábamos sobrecogidos. No había huesos ni calaveras, sin embargo mostrábamos una gravedad en el rostro mucho más marcada que en todo el resto del día ¿Cómo te quedas si digo que, literalmente, los empotran en un árbol?
¡Resulta estremecedor! Sin embargo, mi rictus mudó al oír la explicación. No sé el efecto provocado en los demás pero, en ese momento, en mí, algo cambió para con este pueblo. Pasé, de parecerme demasiado tribal a considerarlo pura espiritualidad.
Muchas culturas tienen sus árboles sagrados. ¿Qué puede ser más sagrado? Es pura natura y, gracias a la savia que les alimenta, se elevan y elevan en un intento de alcanzar el Cielo.
¿Y qué hay en la naturaleza más puro que un bebé? Ellos se alimentan de leche, igualmente líquida y nutritiva.
Cuando una madre se da cuenta de que ya nunca más podrá alimentar a su retoño, en un intento desesperado por ayudarle, le trae al árbol para que éste le acoja. Ella se quedará cerca, oculta, para asegurarse de que no es rechazado.
Pasados dos o tres días sin que el árbol lo haya expulsado, ya puede marchar tranquila. El árbol le ha arropado en su seno y le alimentará con su propia savia. Árbol y bebé crecerán a un tiempo hasta llegar a las Alturas, donde vivirán eternamente junto al Creador.
Visto así, la cosa cambia. Creo yo. Me parece una de las historias más bonitas que he oído nunca. Una y otra vez algo se encoge dentro de mí al rememorarla. Con ella me quedaré para siempre.
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Una lección de antropología y tradición. Felicidades , Nely y gracias por compartirlo
30 junio, 2016 a las 3:55 pm
Sin duda, Tana Toraja es lo más impactante que he conocido nunca en un viaje. Me alegro de que te haya gustado
9 febrero, 2020 a las 10:33 am
Madre mía, qué sorprendente! El ser humano no deja de maravillarme. Un artículo fantástico.
12 febrero, 2020 a las 10:30 pm
Muchas gracias Myriam. Ya sabes, la realidad supera la ficción, en todos los frentes.
17 octubre, 2020 a las 3:20 pm
Fantástico documento antropológico. Enhorabuena!
31 octubre, 2020 a las 7:00 pm
Muchas gracias Datils, me alegro que te gustara. Btsssss.