Cinco criptas decoradas primorosamente con huesos humanos. La Cripta de los Hermanos Capuchinos de la Iglesia de la Concepción de Roma para bien o mal no deja a nadie indiferente. Entremos en ella.
HALLOWEEN
Recordemos que se acerca el día de Halloween, el día de las brujas, el de los difuntos, el de las calabazas adornadas, el del trato o truco y los caramelos, el de los disfraces terroríficos…
Antiguamente se trataba de un día de comunión entre vivos y muertos en el que con las máscaras se trataba de ahuyentar a los espíritus malignos.
Hoy sigue siendo un día especial para recordar aún más a los que ya se nos fueron pero me temo que, para muchos se ha convertido en una mera excusa para la diversión, lo cual en el fondo tampoco es que sea malo, quizás una manera de intentar disfrazar el miedo a la muerte y al otro mundo.
PASEMOS A HUESOS DE VERDAD
Pero no estamos aquí hoy para hablar de Halloween, aunque el tema que nos trae sí tiene una relación más que directa con los muertos. Y con los viajes, y con el arte, depende de cómo lo enfoquemos.
Hace unos meses tuve la oportunidad de pasar tres semanas en Roma sin las prisas de un turista, lo que me permitió saborear la ciudad lentamente, casi como uno más de sus lugareños.
Paseando por la famosa Vía Veneto, encontré por casualidad una iglesia de fachada no demasiado llamativa pero de la que había leído alguna reseña sobre su cripta y, movidos por una gran curiosidad, decidimos entrar.
SANTA MARIA DELLA CONCEZIONE
La Iglesia de Santa Mª della Concezione, o lo que es lo mismo, de la Concepción, pertenece a los frailes Capuchinos, una de las tres Ordenes Menores en las que quedaron escindidos los franciscanos tras la muerte de su fundador, San Francisco de Asís. Por cierto, Patrono de los Belenistas, algo me toca.

Imagen de getyourguide.com
Fue construido entre 1621-31 por orden del Papa Urbano VII, y todos los hermanos que residían en el antiguo convento de San Buenaventura fueron trasladados allí una vez concluidas las obras, así como también los restos mortales de los ya fallecidos. Hasta aquí, todo normal.
EL MUSEO y LA IGLESIA
Nada más traspasar el umbral nos indicaron que no se podía realizar la visita con los hombros o las rodillas descubiertas, ya fueras hombre o mujer, así que como ya están acostumbrados al turismo, nos vendieron una bata de usar y tirar.
La primera zona a visitar era un pequeño museo en el que se exponían fotografías, lienzos y otros enseres de los hermanos y se aprendía un poco sobre la historia de la Orden y su misión.

Imagen de cappuccinilazio.com
La segunda zona, la Iglesia, nos llama la atención por su simplicidad en comparación con la mayoría de las iglesias romanas visitadas hasta ese momento, que eran muchas. Una sola nave central y cinco capillas laterales a cada lado muestran algunas pinturas.
Como dato curioso, el Altar, presidido lógicamente por una Inmaculada, está realizado con mármol policromado, ónice y lapislázuli sobrantes del Vaticano.

Imagen travel.sygic.com
LA CRIPTA
Pero el plato fuerte está aún por venir. Los carteles de “guarden silencio” sobran. Te quedas sin habla.
En la Iglesia había algunas lápidas de personajes importantes, entre ellos el del fundador de la misma, el Cardenal Antonio Barberini, apellido tan conocido en la Italia de la época. Sin embargo, los capuchinos tienen prohibido su enterramiento en las iglesias, de ahí que sea su cripta la que albergue los restos de los aproximadamente cuatro mil hermanos que fallecieron entre 1.528 y 1870.

Imagen de cappuccinilazio
A pesar de ese elevado número, hasta aquí sigue pareciendo todo bastante normal. Lo que ya no lo es tanto es que cuatro de sus cinco cámaras estén decoradas casi única y exclusivamente con restos óseos humanos. Sí, sí, seguro que no os habíais fijado bien en la imagen anterior.
Al estilo de los palacios, un largo pasillo, de unos 60 metros de longitud, te va llevando de una cámara a otra.
¡Qué espanto! pensareis. Pues no, realmente no. La decoración es sublime. Sí no es que te fijas bien, te aseguro que muchos detalles, las flores, las estrellas, las lámparas, las ojivas, los arcos… no parecen que sean vértebras, clavículas, omóplatos, fémures, etc., etc.

Detalle del techo del pasillo realizado con huesos y del que pende una lámpara igualmente de huesos. Imagen de jessyhobby, Tripadvisor
Como acabamos de decir son cinco las cámaras o criptas, todas con algún que otro simbolismo. Por orden nos encontramos:
- La Cripta de los esqueletos.
- La Cripta de las tibias y fémures
- La Cripta de las pelvis
- La Cripta de las calaveras.
- La capilla para las Misas
- La cripta de la Resurrección

Cripta de las calaveras. imagen de red-viajes.com
No se sabe a ciencia cierta pero existe la hipótesis de que la idea de esta decoración surgió a finales del siglo XVIII, cuando unos capuchinos huidos de la Francia del Terror se refugiaron allí.

Detalle de la Cripta de los huesos de la pelvis. Imagen de kovaRamos2
Lo que sí está claro es que el número de hermanos fallecidos iba creciendo en demasía, a menudo incluso los traían de otros lugares, y el espacio para sus sepulturas se les iba quedando corto, así que qué mejor idea que ésta que se ha querido interpretar también como un hermanamiento más allá de la vida.

Cripta de las tibias y fémures. Imagen de disfrutaroma
Aunque los nombres de las cuatro primeras criptas son suficientemente interpretativos, vamos a hacer un pequeño apunte de cada una de ellas porque como ya comenté, están cargadas de simbolismos, como el detalle central de la anterior imagen, que representa el escudo de la Orden, el brazo desnudo de Cristo y enlazada a él, con la manga marrón, el del hermano franciscano.
Para no parecer escabrosa, intentaré no entrar demasiado en la descripción de los huesos utilizados para cada ornato pero es que si no cito algunos, este artículo tampoco tiene mucho sentido.
1. LA CRIPTA DE LOS ESQUELETOS
Lo primero que llama la atención, en el frente, son dos esqueletos vestidos con el hábito capuchino enmarcados por arcos de cráneos. Otros dos están descansando a ambos lados. Por sus características se sabe que pertenecían a personas jóvenes, tal vez con la intención de simbolizar que la muerte no tiene edad.

Imagen de romaciudadeterna.blogspot,com
Por otra parte, en la bóveda un nuevo esqueleto, esta vez sin vestir. Se cree que todos ellos eran de la familia Barberini antes mencionada. En la mano derecha lleva una guadaña, símbolo de la muerte, común a todos, y en la izquierda una balanza, símbolo del Juicio del Bien y del Mal.
Todo ello enmarcado por un óvalo, símbolo de la vida. Es decir, nos quieren dejar claro que ambas cosas, vida y muerte, están irremediablemente unidas la una a la otra.

Imagen de viajologi.com
También observamos un reloj encerrado en un círculo de vértebras y huesos del pie. Posee una sola aguja, un esternón. Significa la fragilidad de la vida y su continuo girar.

Imagen de cappuccinilazio
2. LA CRIPTA DE LAS TIBIAS Y FÉMURES
Nuevamente nos reciben cuatro capuchinos. De los carteles a sus pies se deduce que son objeto de gran veneración, que fueron hermanos importantes para la Orden. Mira por donde, uno de origen español. Les acompaña una bella decoración ósea.

www.cappuccinilazio
3. LA CRIPTA DE LAS PELVIS
De características similares a las anteriores, destaco en ella las estrellas de ocho puntas dentro de cuadrados y la roseta central realizada con siete omóplatos con colgantes de vértebras.

Imagen de cappuccinilazio
4. LA CRIPTA DE LOS CRÁNEOS
Mencionaremos aquí el “reloj alado” del tímpano del nicho central recordándonos que el tiempo vuela.

Imagen de cappuccinilazio
5. CAPILLA PARA LA MISA
Es la única zona donde no se ven huesos. En ella ofician misas por los difuntos. Está presidida por una pintura de la Virgen con el Niño sobre las llamas purificadoras de un ángel y tres santos, entre ellos Francisco de Asís, naturalmente.
Parece chocante encontrar en la capilla un corazón, no de huesos sino de plomo. En él se cobija el corazón real de una de las grandes protectoras de la Orden, las llamadas Madres. En 1656 falleció dejando dispuesto que se la amortajara con el hábito de la Orden y su corazón descansase con los que siempre estuvo, los capuchinos.

Imagen de cappuccinilazio
6. CRIPTA DE LA RESURRECCIÓN
Llegamos al final del recorrido con flores, rosetas y corazones a partir de costillas, vértebras y pelvis. Un arco de cráneos enmarca un lienzo con la representación de la resurrección de Lázaro, un bonito mensaje de esperanza en lo que muchos pudieran considerar un emplazamiento macabro.

Imagen de Johnny, Freepick
Tras este recorrido insisto en mi primera afirmación. La cripta causa estupor, es innegable, ahora bien, que este estupor provoque repulsa ya no estoy tan segura. A mí personalmente la visión de tantos huesos me causó mucho respeto, primeramente por saber que eran humanos y segundo porque imaginas la muerte.
Pero he de reconocer que aquello era una obra de arte. No eras del todo consciente de qué se trataba, o al menos no querías serlo porque creedme si os digo que, dentro de lo lóbrego que pueda parecer, era bello.
Para tétrica, la Colina de las Cruces, en Lituania, y eso que no hay un solo hueso ni cadáver, tan sólo cruces, más de doscientas mil eso sí, unas alineadas y la mayoría amontonadas como buenamente se puede. Da yuyu, pero yuyu.
Tampoco puedo dejar de mencionar aquí toda la cultura funeraria de la zona de Tana Toraja, en Indonesia. Impresionante. A ella ya dediqué un par de artículos. Si aún no los leiste, no te los pierdas, te dejo abajo los enlaces.

Enterramientos en la roca en Tana Toraja con tallas de madera del difunto a tamaño natural
En fin, que desde que conozco estos tres lugares, la Cripta Capuchina, la Colina de las Cruces y Tana Toraja, los disfraces de Halloween son… como un juego de niños.
ARTÍCULOS RELACIONADOS
11 julio, 2021 a las 6:18 pm
¡Vaya lugar más curioso!
No tenía referencias ni había oído hablar de él. A ver si podemos visitarlo en alguna ocasión.
Un saludo
12 julio, 2021 a las 2:32 pm
Yo tampoco lo conocía porque la otra vez que fui a Roma, hace casi 20 años, no se podía visitar. Curioso, sin lugar a dudas, no me arrepiento de haberlo visitado, y casi sin cola. Bsssss.