«Esto también pasará», el lema de la falla del Ayuntamiento de Valencia este 2020 coincide con uno de los lemas de más actualidad, originado por la pandemia que nos azota. ¿Casualidad o premonición?
En estos momentos me viene al pensamiento la frase “Aço també pasará”, en castellano “Esto también pasará”.
Podría parecer que me estoy refiriendo a esta situación de temor e inseguridad que nos ha tocado vivir y que sin duda pasará a los anales de la historia. Pero no, no me refiero a eso, al menos en un principio.
EL MENSAJE, ¿COINCIDENCIA O PREMONICIÓN?
A veces las coincidencias parecen signos premonitorios. Y eso es precisamente lo que ha pasado este año con la expresión que hoy me ronda. Da que pensar. Os cuento.
Sabéis, y si no os lo digo yo, que las figuras que son quemadas durante las internacionalmente conocidas Fallas, NO están exentas de significado. Cada monumento tiene una temática y cada ninot que lo conforma aporta un mensaje, a menudo una crítica social o política.
Pues bien, “Esto también pasará”, era el lema de la efigie de cartón y madera preparada por el Ayuntamiento para la gran fiesta del fuego de Valencia de este año. No digáis que no es casualidad que coincida con una de las más usadas de los últimos tiempos.
¿O fue premonición?
Faltaban pocos días para el montaje del monumento fallero en la principal plaza de la ciudad y los autores de la misma hacían públicamente la presentación del proyecto.
Se trataba de una mujer, joven, actual, de apariencia segura, meditando durante su práctica de yoga.

Imagen de fallas.com
Con una altitud aproximada de veinte metros y una base rotatoria que la haría girar casi imperceptiblemente las 24 horas del día, querían enviar un mensaje: que aunque el mundo, en ese caso por las fiestas, parezca que se detiene, la realidad es bien distinta, todo sigue su inexorable curso. Y también que debemos tomar nuestro tiempo para reflexionar.
Mensaje que a todos nos pareció muy bonito pero al que no dimos mayor importancia porque, cuántos vídeos conmovedores y emotivos no nos llegarán todos los días a través de las redes sociales y ahí se quedan, en la expresión “Es verdad, deberíamos disfrutar más de lo que tenemos alrededor”.
LA EFIGIE SE VISTE DE ACTUALIDAD
De repente nos sorprende un virus que no sabemos cómo atajar, y que comienza a hace estragos en la población mundial hasta límites insospechados, con efectos escalofriantes.
Y ese lema, “Esto también pasará”, y el mensaje del monumento, pasan a tener un significado pleno.
La actividad se congela, la mente bulle, cómo ha podido llegar esto. Surgen muchas hipótesis. Que si el virus se ha escapado sin querer de un laboratorio, que si ha sido queriendo… quién sabe, quizá en algún momento del futuro se sepa la verdad.
Que si la madre naturaleza o las distintas deidades se han cansado de nuestros derroches, de nuestro egoísmo, del envenenamiento al que estamos sometiendo al ecosistema… pues quizá tampoco sería desacertado.
Sí, todos comenzamos a meditar mucho más de lo habitual: Cuántas cosas no valoré, cuántas retrasé y ya no podré hacer, cuántas palabras no debí pronunciar y cuántas quedaron por salir, cuántas situaciones me ofuscaron sin ser tan importantes…
Pero en momentos cruciales no bastan los arrepentimientos. Urgían medidas prácticas, habíamos de protegernos. Y es entonces cuando los artistas falleros decidieron que ese semblante sereno de mujer que ni siquiera había podido terminar de montarse, había de empezar a cumplir su misión. Una misión mucho más sustancial y enérgica de lo que jamás imaginaron.
Y así, adaptándose a la realidad latente, deciden improvisadamente acomodarle una inmensa mascarilla que sirviera de recordatorio, de ejemplo, de apoyo a toda la población.
Irremediablemente a todos emocionó la nueva visión de la que ya se había dado en llamar “la meditadora”, convirtiéndose de esta manera en todo un símbolo de la realidad actual.
Y, por reclamo popular la efigie, en vez de ser retirada de la calzada como se ordenó para con el resto de los monumentos que de momento no podrían ser erigidos por la suspensión de las fiestas patronales, queda allá, firme y serena, en un intento protector, alertando a toda la población.
LA LEYENDA
Gran parte de las frases y monumentos de todo el mundo poseen su leyenda y el lema “Esto también pasará”, no podría ser menos:
Se cuenta que tras el reparto de una rica herencia entre dos hermanos, apareció un paquetito con dos sortijas. Una de gran valor y la otra de mero latón.
El mayor, alegando que era el primogénito, se quedó con la primera. Su hermano, que sin protestas se quedó con la sortija de latón, continuamente se preguntaba por qué su padre habría guardado juntos y con el mismo celo, ambos anillos de valor tan dispar.
Hasta que un día se fijó en la inscripción de su interior, “Açó també pasará”. Y comenzó a meditar sobre ella hasta darse cuenta del mensaje, de la enseñanza que su padre quiso transmitirles.
No dudó en ponerla en práctica. Y así, mientras la vida de su hermano, sin grandes necesidades ni alicientes, tornaba una y otra vez, de satisfecha con el buen tiempo a depresiva con las inclemencias del invierno, él estaba siempre risueño porque pensar en primavera “esto pasará” le animaba a disfrutarla aún más. Por contra, cuando llegaba el frío, la misma frase le confortaba, “esto también pasará”.
Bonita enseñanza la que este año nos quiso aportar la falla del Ayuntamiento. Disfrute de lo que nos rodea y calma ante las situaciones que nos afligen o inquietan, porque nada es para siempre.
Nuevamente, ¿casualidad o premonición para con la situación por la que está pasando en estos momentos la humanidad, esta pandemia que nos azota? Se me eriza la piel, sin duda alguna.
LA INSPIRACIÓN: LA LEY DE LA IMPERMANENCIA
¿La inspiración de la falla, de la leyenda, de la frase? La encontramos en la Ley de la Impermanencia. No, como tal yo tampoco la había oído hasta ahora, pero sí su contenido.
¿Qué nos dice esta ley universal? Pues como su propio nombre indica, que nada es permanente y que, el universo, aun con repeticiones cíclicas, está en constante evolución.

El ciclo de la vida: nacer, crecer, reproducirse y morir. Muestra clara de la Ley de Impermanencia
Parece obvio. Aun así, los libros o escuelas de autoayuda se preguntan por qué entonces nos preocupan tanto ciertos aspectos de la vida. Si asimilásemos bien esta ley, si reflexionásemos más o mejor sobre la existencia, tal vez encontraríamos sosiego en muchas situaciones.
Intentémoslo. Al igual que esa chica que, aún solitaria por el confinamiento de la población, nos acompaña a todos los valencianos, a todos los españoles, en esta dura situación.
Y sobre todo tengamos presente, ahora más que nunca, su mensaje: “ESTO TAMBIÉN PASARÁ”
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19 abril, 2020 a las 7:29 pm
Muy interesante! Yo tampoco creo en las casualidades, soy más de las sincronicidades.
Nada es permanente, ser conscientes de ello nos hace disfrutar de las experiencias que nunca vuelven, todo pasa, lo bueno y lo malo.
Y ahora no nos queda otra que darnos de bruces con ello, pero también pasará 😉
19 abril, 2020 a las 8:27 pm
Esperemos, Clara, esperemos. Lo malo es el precio que se pagará.
19 abril, 2020 a las 9:19 pm
Bonita enseñanza la leyenda de los anillos. No soy de premoniciones, más de lo racional pero es posible que a veces las cosas pasan porque tienen que pasar. Y esto , como no puede ser de otra manera, pasará. Un saludo
20 abril, 2020 a las 1:44 pm
La verdad es que si analizamos ligeramente el cariz que está tomando el universo, tampoco es de extrañar que ocurra algo. Peor aún sería que no fuese la madre Naturaleza la responsable.
20 abril, 2020 a las 9:16 am
La idea de cuidar nuestro planeta debería permanecer. Abrazo Nelly.
20 abril, 2020 a las 1:45 pm
Debería Conchi. ¿Pero tú crees que de verdad aprenderemos la lección?
21 abril, 2020 a las 11:59 am
Yo pienso que las cosas pasan por algo, ya sea bueno o malo. En fin, esperemos que esto pase lo más rápido posible y que nos haya dado una buena lección de vida a todos. Buen post!
22 abril, 2020 a las 1:15 pm
Gracias Anabmon. Estoy de acuerdo, lo que no sé es si nos volveremos a olvidar en breve de la lección