¿Crees que eres demasiado mayor para tener un blog? Pues ni lo pienses. Te cuento pros y contras, pero sobre todo razones para que te lances a escribir.
Hola, me dirijo a tí, sí, sí, a tí que ya has pasado los 50, que estás pleno de vivencias, que te apetecería plasmarlas por escrito pero no te decides. Y tambien a tí, que te acuestas todas las noches sin saber si continuar con un blog que tal vez nunca debiste comenzar.
Y por qué no, también a tí, que con tus veinteo treinta años, rey de las modernas tecnologías, sonríes condescendiente con el título.
Intuyo, compañero de trienios que, aunque te gusten, no suspiras demasiado por disponer de un coche deportivo, ni de un Rolex, pero que cada vez que consigues tres días libres, ya estás cogiendo la maleta. No importa si el destino es Almendralejo o Sebastopol.

Feliz en uno de mis viajes más impactantes: los templos de Angkor, en Camboya
Has viajado por medio mundo y tus amistades no dejan de decirte “tienes aventuras y anécdotas para dar y tomar, deberías escribir un libro”. Uf, quién lo va a publicar si no soy famoso, contestas.
Hasta que alguien comenta, para qué está internet, todo el mundo escribe en internet. Hasta mi abuela tiene un blog de cocina.
Y no sé si es por envidia o raciocinio, pero… ¡Esa es la frase “refinitiva”!
CÓMO SER BLOGUERO
Llevado por la euforia inmediatamente comienzas a escribir un artículo, dos, tres… Pero cuando llega el momento de publicar… tachinnnn… comienzan los problemas, caes en la cuenta de que no tienes ni pajolera idea de cómo abrir un blog.
ACCIÓN-REACCIÓN
Entonces aplicas lo que yo llamo ACCIÓN-REACCIÓN:
ACCIÓN 1: Que no cunda el pánico, en Internet hay tutoriales para todo.
REACCIÓN 1: Ese es precisamente el problema. Demasiados tutoriales. Te pierdes en un laberinto. Y cada uno aconsejando un “sistema de gestión de contenidos” distinto.
Yo no había salido nunca del término “libro”, me quedé en “libro electrónico” o “ebook”, pero suena bien eso de sistema de gestión de contenidos, me gusta. Seguiremos “p’alante”.
ACCIÓN 2: Te decides por el que mejor crees y le das a descargar porque el tutorial dice que en un pis pas ya lo tienes, es lo único que hay que hacer para tener tu propio y maravilloso espacio creativo.
REACCIÓN 2: Lo tienes, lo tienes, qué ilusión. Pero un minuto después, pues… Pues que no. Ahora te dice que elijas tema, plantilla, cabecera, fondo, categorías…
Bueno, poco a poco, pero… plugins ¿eso “cuálo es”? ¿Y como elegir, si hay milessss?
ACCIÓN 3: Pues hale, poco a poco. De nuevo a los tutoriales. Paciencia, mucha paciencia para buscar el que necesitas y que sea compatible.
REACCIÓN 3: ¿Pero ahora por qué sale cada cosa donde quiere? ¿Y por qué no me deja pegar las fotos? Hago click por aquí y por allá que esto ha de ser fácil de solucionar y de repente, horror, se me llena todo de letrajas, signos y números…
Ah, que eso es el lenguaje HTML. Vaya, voy también con algo de retraso, yo me quedé cuando sólo había lenguaje oral y escrito, verbal y no verbal. ¿Que es mejor? ¿Que así en vez de con pluggins puedo dar yo misma las instrucciones?
REACCIÓN 4-5-6-7-8-9-10: Desisto, por siempre jamás. Paso de blog, de historias que contar, y de tóóóó, de tóóó, de tóó.
LA SOLUCIÓN
Entonces ya alguien se apiada y te ayuda a buscar algún alma caritativa que te eche un cable, ya sea profesor particular o conocido al que prometes las cervezas que hagan falta.
Finalmente tus primeros artículos ven la luz y todo son alegrías. Tus amigos te felicitan. Pero a los cuatro días te das cuenta de que de los cincuenta amigos de toda la vida y de los cuatrocientos del Facebook sólo te leen una docena.
No, verás, te explican. Eso nos ha pasado a todos. Lo que tienes que hacer es ampliar tu campo y para ello te tienes que abrir Instagram y Twitter. Insta qué? ¿Tuiw cómo?

Al final claudiqué, ya sólo me falta usarlo más a menudo
Te tranquilizan: Venga va, que son redes sociales muy divertidas, puedes estar todo el día contestando a unos y otros. Ah eso está muy bien, pienso, lo malo es sacar ahora tiempo para escribir mis historias.
Hale que te queda poco por aprender. Ah pero es que ¿no habíamos terminado? No, tienes que hacer SEO. SEO, la mare que vá, si yo sólo conozco la de Zaragoza.

Imagen de la Seo de Zaragoza en la wiki
Y controlar el Google Analytic…. -¿De veras no te estás quedando conmigo? Bueno, va, ya que he llegado hasta aquí…
Y te suscribes a un cursillo on line del Analytic, del Seo, del Instagram y del Twitter. Así, todo junto. Y el correo electrónico se te satura al mismo tiempo que la «mente mental».
Porque no sólo te empiezan a mandar una lección casi a diario, sino que cada una tiene 5 ó 6 enlaces, que te llevan a otros tantos, y de ahí a otros más y ya no sabes si lo que quieres es escribir una vivencia de viaje o sobrevivir de todos los viajes informáticos que te van dando.
Para colmo, te comentan, ah, y ve pensando en comprar un dominio propio. Tranquila, los artículos no se perderán, pero se descuadrarán, eso sí, y todos los demás ajustes tendrás que hacerlos de nuevo desde cero.
¿Estamos de broma verdad? -apuntas con cara entre furiosa e incrédula. Y los presentes te escudriñan sin entender.
¿A nadie se le ocurrió explicarme todo esto antes? Al menos para flagelarme al principio y no ahora que tengo escritos casi cien artículos.
¡A PLANTARSE!
Pues bien, compañero de quinta, aquí es donde hay que plantarse. No, no malinterpretes, no es lo mismo plantarse que dejar todo plantado.
¿Qué es lo que querías hacer, lo consigues recordar? Casi no, claro, claro. Escribiiiiir, efectivamente, sólo eso, querías ESCRIBIR.

Cuaderno de viaje que me regalaron mis hijas
Y, sin embargo, sin darte cuenta te has metido en toda una vorágine, te has angustiado por los likes, los links, los seguidores, el número de lecturas semanales, los patrocinadores, etc., etc, etc.
Y lo que empezó siendo una diversión y un sosiego para el espíritu, se ha convertido en stress y baja autoestima.
Hay gente que obtiene algunas ventajas de su blog, descuentos, participación gratuita en algunos eventos… Incluso hay quien vive del blog, es cierto. Pero se lo toman como un trabajo, bien a tiempo parcial o total. ¿Es esto realmente lo que quieres? Si es así, tómate tu tiempo para consolidar conocimientos y adelante.
Pero si no, si es una afición, afición que puede llegar a ser muy útil tanto para nosotros mismos como para los demás, relájate y disfruta. Disfruta del pasado que estás rememorando y del presente que estás plasmando en tus posts.
Sumégete en tus experiencias, ya sean grandes aventuras o pequeñas anécdotas. Sí, esas pequeñeces que cuando se tienen veinte o treinta años no disfrutaste por falta de tiempo o porque no las valorabas suficientemente. Esas que dan salsa a tu día a día y que, que con el tiempo tal vez se revelen como las más importantes vivencias.

Como esta tela de araña que encontré entre las ruinas de Angkor se va engranando la vida, a base de pequeñas y grandes vivencias
CÓMO NO DEPRIMIRTE EN EL INTENTO
Así que mi consejo es éste: Si te apetece aplicar todo lo que has ido aprendiendo, estupendo, pero si no, simple y llanamente, ESCRIBE.
Que da igual si sacas dos artículos a la semana o uno al mes. Lo importante es que te deleites con él.
Que no te angusties si eres incapaz de usar las redes sociales mientras estás en una reunión. Cada uno entiende las cosas a su manera y si prefieres mirar a quien habla o regocijarte con el espléndido paisaje que te rodea, ya te ocuparás de lo demás una vez estés a solas en tu casa.
Y no te importe si te leen sólo cuatro gatos. Ten por seguro que éstos son de raza.

Gato de raza bengal, una de las más caras y apreciadas del mundo. Igual que tus más fieles seguidores (Imagen de zonagatos.com)
Con el tiempo, te darás cuenta de que han sido mucho más que cuatro personas. Y que tus palabras han llegado mucho más lejos y al mismo tiempo mucho más adentro de lo que nunca hubieras podido imaginar porque, alguna vez, cuando menos lo esperes, alguien contactará contigo para hacértelo saber.
El subidón será de órdago y comprenderás que por uno solo de esos comentarios que normalmente te vienen por privado, ya mereció la pena.
¿NECESITAS MÁS MOTIVOS ?
Aquí van unos cuantos:
- Escribir te divierte y te relaja a un tiempo, por lo que no necesitarás ni cigarritos ni psicólogos.
- Practicas gramática, léxico, observación, retentiva, concentración y un montón de cosas más, con lo que ayudas a mantener las neuronas en su sitio ahorrándote un dinero en sudokus, crucigramas y mandalas.
- Aprenderás mucho más de lo que sabías porque tu curiosidad irá mucho más allá y hurgarás para ahondar en cualquier tema.
- Cuando el tiempo comience a desvanecer pormenores, ahí tendrás todo bien detallado, listo para ser revivido.
- A quien lo lea aportarás un punto de vista personal, distinto a todos los demás.
- Te relacionarás con gente con tus mismos intereses, de la que obtendrás sabios consejos y algunas buenas amistades.

Con mis compañeros de la @ComunidadValencianaTravelBlogers
Y si consideras que, por tener alguna cana ya no debieras meterte en estos berenjenales, ni tampoco experimentar emociones más fuertes como tirarte en tirolina, deséchalo inmediatamente. Tú mejor que nadie sabes que los años y el aspecto externo corren por una senda y la mente y la actitud por otra.

Una de mis experiencias más atrevidas: Volar en ultraligero
Nuestra generación ha coincidido con el siglo de los inventos. Nunca jamás en la historia se ha avanzado tecnológicamente tanto como en el que nos ha tocado vivir.
Y aquí estamos, en vez de rendirnos, adaptándonos incansablemente una y otra vez. ¿Sabría la nueva generación usar un teléfono de disco giratorio? ¿Reconocer un aparato de cassetes? ¿Utilizar una cocina de gas? ¿Hacer una cuenta sin calculadora?… Está por ver.

Imagen de freepicks
Finalizo con una expresión de Unamuno que mil veces me he aplicado,
“ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE”.
Y en el camino te espero compañero, para que me cuentes acerca de tu blog.
31 julio, 2019 a las 6:46 pm
Muy buen post, me he sentido bastante reflejado, pero como tú dices escribo porque me gusta la expresión escrita. Yo tampoco vivo de esto, pero me apasiona compartir mis experiencias al igual que aprender de los demás. Sigue ilustrándonos.
31 julio, 2019 a las 10:49 pm
Gracias @Datil. Me anima no ser un bicho raro, al menos no el único jaja. Pues tú tendrías buena madera para vivir de esto. Escribes bien y eres trabajador y concienzudo.
2 agosto, 2019 a las 10:38 pm
Muchas gracias. Sí, pocos tal vez lo confiesen, pero creo que somos muchos los reflejados. Pero tú llevas buen camino. Tienes madera de reportero. Abrazote!!
31 julio, 2019 a las 8:14 pm
Me ha encantado el post. Enhorabuena Magda.
Un post serio que te hace reír es genial, y esto es lo que has conseguido.
Saludos de una treintraytresañera que también ama escribir (y odia el SEO, excepto la de Zaragoza).
31 julio, 2019 a las 10:52 pm
Jaja, gracias Marina. Me alegro de que te hayas reído, porque como bien dices, tras las bromas, hay un tema bien serio. Lo de la angustia por temporadas no te lo quita nadie. ¡Quien nos mandaría!
1 agosto, 2019 a las 12:53 am
He disfrutado leyendo tu articulo.
A todo lo que has comentado antes… que es fácil perder la perspectiva «La de disfrutar escribiendo mis vivencias» que al fin y al cabo son oro puro, porque son mi experiencia, además añadiría otra a la lista, que cuando por fin decidí ser bloguera, porque ser bloguera es una decisión, que como bien comentas lleva su proceso.. digamos… que el proceso no es aburrido, también me pelee con el SEO, RRSS y compañía, ahora viene mi aportación con tu permiso:
Añado que ahora soy más disfrutona, porque cuando viajo, lo hago en modo bloguera y me fijo todavía más que antes, ya que después tengo que contarlo en mi blog, como tu bien dices… para l@s cuarto gat@s que me siguen y quien sabe puede que le sirva mi experiencia e incluso que se diviertan o haga pasar un rato agradable.
Un besote enorme
Carmen
2 agosto, 2019 a las 10:27 pm
Después de todos tus empujes, no te hace falta mi permiso para comentar,faltaría más. Estoy de acuerdo contigo, viajar en modo bloguera te hace más disfrutona. Te fijas en detalles, indagas en la historia… Bsssssss
1 agosto, 2019 a las 3:15 pm
Qué bien escrito! Alguien tenía que decirlo y me alegra oirtelo a ti.
Es que no es fácil, pero me he dado cuenta de que no he de perder el Norte ni la esencia de por qué abrí mi blog. Porque no he de deprimirme, guay cabida para todos. Los que viajan lejos, los que viajan cerca, los jóvenes, las familias, los festivaleros, los mayores,… Es tan diverso como la sociedad. Y las complicaciones, supongo que hasta donde queramos llegar o complicarnos o dedicarle tiempo. Pienso como tú, en cuanto se torna obligación, deja de ser divertido.
Un abrazo enorme y para adelante, que nos encanta leerte.
2 agosto, 2019 a las 10:33 pm
Muchas gracias Mª José. Creo que casi todos necesitamos oír que no somos los únicos con días tentados de desistir. Así que, ¿cómo aplicar aquello? Blogueros, unidos, jamás seréis vencidos» jajaja. Un fuerte abrazo.
1 agosto, 2019 a las 5:51 pm
Genial post Magda, me ha encantado. Poquito a poco vamos aprendiendo (me incluyo). Y como bien dices, nada de agobios, se hace lo que se puede y siempre disfrutando de ello. Nos vemos en próximas quedadas.
2 agosto, 2019 a las 10:19 pm
Muchas graciassss. Unos aprenden un poquito más rápido que otros, pero bueno, a no desesperarse jaja. Bsssss
1 agosto, 2019 a las 6:33 pm
¡Muy buena reflexión! Cómo bien dices lo importante es, cuando te sientas perdido, recordar por qué empezaste esto: por tu pasión de viajar y escribir. Por cierto, me ha encantado lo de los cuatro gatos de raza así es, hay que agradecer cada lector, lo importante es la calidad que no la cantidad.
¡Un saludo!
Eva
2 agosto, 2019 a las 10:18 pm
Gracias Eva. Efectivamente, intento no perder el norte, aunque a veces es difícil eh jaja. Bsssss
3 agosto, 2019 a las 11:14 pm
Además de un simpático post, necesario y real como la vida misma. No por tener 50 y tantos o en el umbral de la jubilación se tiene uno o una que quedarse en casa viendo telenovelas, programas de salud o magacines tipo cine de barrio. O sentarse en un parque con el perro para esperar cuando hace su bisnes. Hay muchas puertas que se nos abren y hay que entrar en ellas. La tecnología, el entretenimiento, la diversión y el viajar no es patrimonio de la juventud únicamente. El escribir un blog es también un ejemplo y como bien expresas, no con pocas dificultades y lenguaje con el que se encuentra uno, pero si queda ampliamente superada por esos cuatro gatos que nos puedan seguir. Quizas en un futuro sean 16 y despues 64 y para qué ponermos límites. Sigue así y compartiendonos su sabiduría y experiencia. Hay muchos que la valoramos y la admiramos. Felicidades por tu blog
4 agosto, 2019 a las 1:18 am
Muchísimas gracias, Carlos. Esta mañana vi una imagen que me impactó tremendamente, una fotografía del año 1936 en la que una señora de 52 años aparentaba, y no exagero, mínimo 90. Así que, llevas toda la razón, afortunadamente, la madurez y vejez de hoy no son las de antes. Aunque me temo que todos hemos sido jóvenes y, por mucho que te digan, hasta que no vas cumpliendo años no te das cuenta de que quizá no estés en la máxima plenitud física ni intelectual pero sí mucho más completos que nunca.
13 agosto, 2019 a las 6:08 pm
Desde Tailandia, con mis hijos durmiendo, ahora tenemos el momento de leer tu blog. Y es que no hay más que hacer las cosas por gusto y pasión. Disfrutar de preparar el viaje, vivirlo y rememorarlo. Yo, a pocas semanas de los 45 y «con la casa a cuestas», me he sentido muchas veces como tú pero, oye, ¿Qué quieres que te diga?: me encanta sentarme delante del ordenador a escribir, elegir fotos, montar artículos y compartir. Enhorabuena por tu blog y muchos viajes!
14 agosto, 2019 a las 8:08 pm
Gracias Myriam. Es cierto, nadie a mi alrededor entiende que me den diariamente mínimo las 3 de la mañana, y es que cobro nueva vida a partir de las 22,30 h en que me puedo sentar tranquila para escribir o clasificar información y fotos. Disfruta Tailandia. Viajar en familia siempre es muy gratificante. Bsss