Chinchón,  uno de esos sitios con solera: historia, rincones de encanto, cuevas, buena gastronomia y una gran tradición anisera. ¿Te adentras conmigo?  

Tantas veces acudiendo a Madrid por un motivo u otro y mi visita a Chinchón fue puramente casual. De esas veces que vas sin prisas, improvisas y te sale bien. Muy bien, más que bien.

Crees que vas a encontrar un pueblo anodino y te encuentras con uno de los considerados más bonitos de España, con un casco urbano que es considerado Conjunto Histórico Artístico desde hace más de cuarenta y cinco años.

Belleza e historia. Eso supone la Muy Noble y Leal Ciudad de Chinchón.

Vista general de Chinchón

BREVES RETAZOS DE SU HISTORIA

Aun con grandes vestigios neolíticos como sus numerosas cuevas y los restos de una ciudad íbera, y con sus huellas romanas y árabes, no fue hasta el siglo XV cuando comenzara la importancia histórica de Chinchón, cuando los Reyes Católicos concedieron el Señorío de Chinchón a los Marqueses de Moya en agradecimiento por su apoyo en contra de Juana la Beltraneja, quien trataba de usurparles el trono.

Casa con cadena indica donde se alojó el rey Madrid

La cadena ante el edificio significa que sirvió de alojamiento real.

Desde entonces, la lealtad a la corona se mantuvo y los monarcas supieron premiarlo. De esta manera, el sucesor de los marqueses es nombrado conde, con lo que Chinchón pasa a convertirse en condado.

Ya en el siglo XVIII el Rey Felipe V le otorgó los títulos de “Muy Noble y Muy Leal” por la fidelidad hacia su persona durante su puja por el poder con el Archiduque Carlos, la que fuera llamada Guerra de Sucesión. Y, posteriormente Alfonso XIII, en 1916, la elevaría de Villa a Ciudad.

RECORRIENDO CHINCHÓN

Nos disponemos a recorrer sus muchos años de agitación pero lo que encontramos por cada rincón es justamente lo contrario. Sus bonitas callejas, sus fachadas con sabor y sus balconadas repletas de plantas invitan al sosiego.

Rincón bonito con balconada de madera

LA PLAZA MAYOR

A pocos metros de la entrada nos recibe la Plaza Mayor, extraña por su forma irregular, llamativa y bella y, a pesar de las numerosas mesas de los restaurantes, logra mantener ese aire centenario que nos transporta a todos aquellos actos políticos, militares, religiosos o de entretenimiento que desde el siglo XV la ocuparon.

 

Plaza mayor de Chinchón con balconadas

Las tres plantas de galerías con sus nada menos que 234 balcones de madera en un sugerente color verde, han visto la Proclamación de Felipe V y los paseos de Lope de Vega y de Goya.

Además de recrearse con las innumerables comedias, autos sacramentales, corridas de toros… acaecidas a lo largo de los siglos a sus pies. Incluso con rodajes cinematográficos, como La Vuelta al mundo en ochenta días o Rey de Reyes entre otros.

Chinchón, Madrid, balconada y soportales

Entramos en un restaurante al azar. No podemos saltarnos la gastronomía de Chinchón, el cordero, el cochinillo, el cabrito, el jamón con pimentón… Nos indican que las mesas del balcón están llenas, no hubo suerte. ¿O sí? Porque su interior tampoco es que desmerezca. Si buscamos el lugar a propósito, seguro que no acertamos.

Aunque casi con total seguridad cada local en Chinchón es una joya, éste en concreto, el Iberia, es una especie de icono para la MUY NOBLE Y MUY LEAL Ciudad.

Además de su bonito patio interior, presume de sus numerosas fotografías antiguas, de sus ilustres visitantes y, sobre todo de su comedor privado, el lugar donde se vestían los toreros antes de salir a la Plaza.

Personajes ilustres que visitaron casa de Chinchón, Madrid

Porque si hay algo que lleven con orgullo en Chinchón son las corridas de toros en la Plaza Mayor. Y si hay diestros a los que idolatren, ellos son Frascuelo y Marcial Lalanda.

El primero porque tras una importante cogida en Chinchón fue cuidado por sus habitantes, cosa que agradeció con algún regalo a la villa y varias corridas benéficas, y el segundo porque continuó la tradición toreando anualmente a beneficio del asilo de ancianos de las monjitas.

Aleluyas chinchonetas, historia torero Frascuelo

Aquí se cuenta la historia del torero Frascuelo

SUS HISTÓRICOS EDIFICIOS

Caminemos un poco para bajar la comida. Chinchón invita a pasear. Nos paramos ante los soberbios portalones de madera adornados con clavos, ante las admirables rejas de forja, ante los nobles escudos de armas de las fachadas.

Puerta de madera y metal con escudo heráldico en Chinchón, Madrid

Y nos adentramos en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Presenta una mezcla de estilos, gótico, plateresco, renacentista y barroco, aunque su mayor orgullo es el cuadro de la Asunción de la Virgen de su retablo principal, firmado por Francisco de Goya, a la sazón hermano del capellán.

Se dice que guarda un cierto parecido con las pinturas que realizó para la Ermita de San Antonio de la Florida a las que casualmente dediqué ya un post y, efectivamente, a mí también me las recuerda.

Retablo con pintura de Goya en iglesia de Chinchón

A tan sólo unos pasos se encuentra la Torre del Reloj. Los chinchonetes, que así se denominan los habitantes de Chinchón, suelen decir que tienen una torre sin iglesia y una iglesia sin torre. Y así es, la iglesia anterior no tiene torre, y la iglesia que debería acompañar a la del Reloj, pasó a la historia hace años.

Torre del Reloj de Chinchón

Para completar el lugar, el Teatro Lope de Vega. No pudimos entrar pero un cartel nos informó de que cada año se celebra en él el Certamen Nacional de Teatro impulsado por José Sacristán, orgulloso hijo de Chinchón.

Se asienta sobre las ruinas del que fuera Palacio de los Condes, que no debemos confundir con el Castillo de los Condes, que es aquel que se divisa a lo lejos tras la maravillosa manta de tejados.

De convulsa vida por cierto. Construido a finales del siglo XV, derruido pocos años después por un ataque comunero, reconstruido en el XVI, abandonado en el XVIII e incendiado durante la Guerra de la Independencia. ¡Ay si los Condes levantaran la cabeza!

Castillo de los Condes de Chinchón

Nos acercamos hasta el Convento de San Agustín, de 1626, asimismo de agitada trayectoria.  Dos siglos después de su construcción la desamortización de Mendizábal obligó a colgar sus hábitos convirtiéndose en juzgado y cárcel. En la actualidad acoge al Parador Nacional de Turismo.

Me confieso una fiel admiradora de los Paradores Nacionales pero en este caso creo que la restauración debió de simular un poco mejor la antigüedad de los materiales y mobiliario. Se pierde parte de la gracia, ese sabor añejo que tanto valoro.

Patio Parador de Turismo de Chinchón, Madrid

Mejor lo hicieron por ejemplo en el pequeño patio de este otro hotelito mucho más modesto pero  con un indiscutible encanto.

Casa de Chinchón, España

También seductor es el patio de entrada a la casa que ocupa el Museo Etnográfico. Con esa amabilidad que Madrid y su provincia siempre me han dispensado, a pesar de estar casi cerrando nos dejaron visitarlo sin atisbos de urgencia.

Dos plantas muy cuidadas con numerosos e interesantes objetos tanto de la vida diaria familiar como de los oficios más habituales de la Villa.

Así, pudimos saber, por ejemplo,  de las alfombras de nudos. Entre 1950 y 1976, cincuenta telares dieron trabajo a unas doscientas mujeres de Chinchón. Trabajo que, si bien dio fama a la ciudad, era más duro de lo imaginado, por el polvo nocivo de las fibras y, dado que no se usaba lanzadera, por las heridas que producía el continuo roce de la urdimbre en la piel.

Telar del Museo etnografico de Chinchón

MESÓN CUEVAS DEL VINO

En un último repaso a las calles de Chinchón, casualmente encontramos una bonita casa de labranza de trescientos años de antigüedad que resultó ser un restaurante. Tal vez por ser un negocio privado no aparece en la relación oficial de los lugares a visitar pero sin duda alguna, merecería estar.

A pesar de ello, desde 1977 está considerado de interés turístico y es protegido por el Patrimonio Artístico de la Comunidad de Madrid.  ¡Ya quisieran muchos museos disponer de tantos objetos y de unas cuevas como las que allí se agazapan!

Así que, no es por hacerles publicidad, sigo reacia a obtener cualquier tipo de lucro por escribir, pero en verdad que merece conocerse su nombre que no podía ser otro que Mesón Cuevas del Vino.

Caballerizas de entrada mesón Cuevas del Vino de Chinchón, Madrid

También aquí estaban ya recogiendo pero nuevamente nos dejaron entrar, sin necesidad de pagar ni de consumir.  El lugar merece un post en solitario pero no me resisto a mostrarlo ahora aunque sea livianamente.

A las antiguas cuadras se sumaban numerosas salas en las que las mesas para el regocijo gastronómico casi se perdían entre el sinfín de objetos rústicos, muchos con sus correspondientes carteles explicativos, así como al lagar, el molino, la forja o el horno que, por cierto, presume de ser el mayor de España.

Prensa y 0bjetos rústicos del mesón Cuevas del Vino de Chinchón

Habría que añadir un sinfín más de detalles entre los que sobresalen las gigantescas tinajas de la bodega con dedicatorias firmadas por destacados visitantes, ya sean del mundo del espectáculo, de las letras, de la política…

Por citar a algunos, lo mismo encontramos a Carmen Sevilla que a la Infanta Pilar, a Orson Welles que al Embajador de Ucrania o al Ministro de Hacienda de Venezuela.

Tinajas firmadas por famosos en Meson Cuevas del Vino de Chinchón

Como colofón, las cuevas. Simplemente te dejan boquiabierta. Estremece pensar que, estando ahí abajo se rompieran a la vez todas las tinajas que amparan.

Tinajas en cueva subterranea del Mesón Cuevas del Vino de Chinchón

Esto es sólo un pasillo entre las salas subterráneas, fijaros el tamaño comparado con un humano.

Embriagados por la sola visión y a pesar de que nos falten aún varias ermitas por visitar hemos de marchar de la villa, no sin antes aprovisionarnos no ya de su famoso anís, al que dedico por supuesto un post en solitario, sino también de sus especiales ajos, y de uno de sus artísticos panes, que a ver quién se atreve a cortarlo, casi supone un sacrilegio.

Productos típicos de Chinchón, Panes artesanales y anis

LAS PELOTAS DE FRAILE Y LAS TETAS DE NOVICIAS

Y cómo no, aprovisionarnos también de algunos de sus dulces típicos, por ejemplo de las tan bonitas como exquisitas flores manchegas.

En cuanto a las pelotas de fraile  y las tetas de novicias… Sí, sí, las tocamos y las catamos. Aunque, por favor, no vayáis a contarlo fuera de contexto.

Dulce tipico de Chinchón, Tetas de novicia

¡Madre del amor hermoso! ¡Vaya nombrecitos! Aunque reconozco que el parecido… En fin, que algunos dirían ¡Dios mío, a dónde vamos a llegar!

 

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