Muchos indonesios te preguntarán si eres soltero o casado. ¿Llevan alguna intención? Tal vez sí o tal vez no. ¡Ojo avizor! No tenemos la misma cultura! Te cuento alguna anécdota.

En más de una ocasión os he hablado de la cordialidad de la gente indonesia.

También de la cantidad de veces que te saludan con el Hello Mister, aunque no seas un hombre,  pidiéndote de paso una foto. No importa si estás paseando, visitando un templo o comprando en un supermercado. Si lo queréis recordar, clickad justo aquí.

En esos posts vimos cómo desconocidos, sin más ni más, te paran y atiborran de preguntas, no tanto por verdadero interés en el tema sino como parte de un ritual de cortesía o simple manera de romper el hielo antes de entrar en cualquier otro asunto.

Anécdota en Indonesia, posar con desconocidos

¿Por qué miramos a dos bandas? Porque fotografiando hay como quince o veinte personas

Pues bien, hoy os voy a contar un par de anécdotas vividas en Indonesia con respecto a este tipo de “interrogatorios”.

Prestad atención porque si no se conoce un poco la manera de pensar y sentir de la gente, podría llevar a situaciones embarazosas. Y no es que nos ocurriera sólo a nosotros, es la tónica general con la que se encuentra el extranjero, sobre todo si tiene pinta de no estar de paso sino viviendo allí.

¿SOLTERO O CASADO? SOLTERO.

Es bastante común que cualquier extraño al que no has visto en la vida te pregunte si estás aquí solo-a y si estás soltero o casado-a. Casi siempre es mera curiosidad, una manera de entablar conversación.  Pero a veces, comúnmente si eres hombre, igual habrá quien quiera ir más allá.

Si estás soltero… ancha es Castilla. Puede que inmediatamente intenten presentarte a alguien. Unas veces será más en broma y otras menos. Pero como siempre sonríen, nunca tienes del todo clara esa fina línea que separa las bromas de las veras.

mujer indonesia sonriendo

Así que ojo, porque quedar a tomar un té un par de veces con una chica, aunque se vaya en grupo, o hacer una excursión para enseñarte algun paraje bonito, hechos que  en nuestro país no han de tener mayor repercusión, aquí podría ser considerado como una muestra de interés especial. Y que quede claro que sólo digo “podría”.

No es que por eso te vayan a obligar a casar, pero quizá hieras sentimientos si la relación no va a más. No quiero decir con esto que no puedas salir con gente local, muy al contrario, pero sé prudente.

CASADO

Si contestas que casado, te preguntan entonces que dónde está tu cónyuge.

magdabatik cuenta anécdotas de Indonesia junto a cartel de blogger Makassar

He aquí a la cónyuge. Como blogger, dispuesta a contar todo.

Mi marido al principio respondía: “Mi mujer está en España”. A lo que cierta vez inquirieron, ¿y no tienes otra aquí?

Tras el shock inicial, él argumentó bromeando, “ya me sale bastante cara una sola”. E inmediatamente se despidió  para evitar que la conversación pudiera llegar a mayores.

Me imagino las caras de ambos, la del paisano local por seguir a día de hoy sin entender el chiste, y la de mi marido, por preguntarse si se estaba perdiendo algo al no aprovechar la oportunidad del… llamémosle… 2×1.

REPETIMOS EL  2 x 1

No queda en una sola anécdota el tema. Corroborando que no había sido un error de interpretación nuestro, he aquí la segunda.

Ya trasladada yo al país, un día entramos juntos en una zapatería. El dueño estuvo solícito y sonriente, como es habitual. De repente, sin más, le pregunta a mi marido si yo era su mujer. Sí, le contesta sin mayor atención.

Pero ante nuestro estupor,  le señala a la cajera, una jovencita que nos miraba de soslayo, casi sin levantar los párpados. Y añade: “Es guapa ¿verdad? ¿Te gusta? ¿Dónde trabajas? ¿Dónde vives?…

Estas dos últimas cuestiones forman también parte del ritual de romper el hielo pero, unido al resto y con la insistencia de contemplar bien a la jovenzana, ya mosquea.

Conociendo a mi marido, quien no termina de entender que el sentido del humor no es igual en todas partes pensé, éste es capaz de decir que nos cambia, o que ofrece 20 camellos, como se hace o hacía, en los países árabes.

Así que dije, ¡Anda y vámonos rápidooo, antes de que con una de tus bromas, salgamos de aquí escaldados!… Porque los tratos, en Indonesia, son tratos.

novios indonesios mostrando libro de familia

Pareja de recién casados mostrando el libro que lo acredita donde además se especifican las condiciones del matrimonio.

Una vez fuera me comenta en broma (o al menos eso creo):

-“Oye, no te gustaría que tuviera otra esposa? No estarías sola cuando trabajo fuera varios días seguidos”

-“Llevas razón, no estaré sola. Vale. Además como seré la esposa más antigua, seré la que mande en casa”.

–  Bueno, bueno, me lo he pensado mejor. ¿Atreverme con dos?… Ni de c…”

Así que tema zanjado. Es lo que da llevar treinta y largos años juntos, que conoces sus temores y puntos débiles.

magdabatik contando anécdotas de Indonesia

En cuanto al detalle de que, estando yo presente, el señor me ignorara, tuve sentimientos encontrados.

Por una parte me alivió. Si, porque esos kilillos de más parece ser que no están más que en mi imaginación, está claro que soy casi transparente. Pero por otra, eso de que de repente te transformes de una fruta madura en una fruta pasada… En fin mejor corremos un tupido velo.

Sé que la intención no era mala. No era perder un marido sino ganar una aliada.

 

 

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