AMUEBLANDO TU CASA

¿Qué muebles y enseres vas a encontrar al entrar en tu casa alquilada? Mesa, sillas.. puede que sí, puede que no.    Advertencias a tener en cuenta.

Desde la entrada “Busco casa en alquiler”  os he remitido a esta otra. ¿Qué mobiliario o enseres vais a encontrar en una casa? Pues la respuesta más probable sea, NINGUNO.  No, no digo esto y me quedo tan pancha, ahora me explico.

 
Como ya indiqué, puede que la casa la dejaran  amueblada los anteriores inquilinos, o puede simplemente que lo hicieran los propios dueños. Pero, de momento, encontrarás más casas vacías que llenas. De ser ese el caso, y tras pactar quién comprará la equipación y quién la pagará, os hago algunas anotaciones.
 
Si es el casero quien compra los muebles:
 
          Cruza los dedos para que la decoración sea más o menos de tu gusto. Si puedes, sugiere  alguna tienda o al menos un estilo. La mayoría de los caseros son de origen chino y a ellos les gusta un tipo de decoración muy amazacotada, aunque para las casas que alquilan son bastante menos ambiciosos.
 

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Estos sillones como que no ¿no?

 
 Importante, importantísimo: como ya indiqué en la otra entrada, hazle un listado de TOOOODO lo que quieres. No es que ellos no quieran ponerte esto o aquello, simplemente, si no las conocen o nunca las han utilizado, ni se les ocurre.
 
Ejemplos:
 

  • Mucha gente no conoce, literalmente, las planchas de cocina, los microondas, las tostadoras… Y es que, como ya se irá comentando, son muy tradicionales en todo tipo de cosas, y la manera de cocinar no es una excepción. Además, también influye la lógica. Por ejemplo, su alimento base desde tiempos inmemoriales es el arroz, no importa si hablamos de desayuno, comida o cena. Así que los carbohidratos los tienen más que cubiertos, para qué comer entonces pan, siendo que el trigo es más complicado de conseguir y, como consecuencia, para qué tener tostadora.
  • En cuanto a muebles de cocina… los cacharros simplemente se apilan sobre una mesa o estante, porque están continuamente en uso. Independientemente de que cualquier hora es buena para picar algo, un amigo o familiar te puede llegar en cualquier momento y siempre has de tener algo preparado.
  • No siempre usan armarios para la ropa, y rara vez colocarán un espejo en el baño (con suerte en el dormitorio, que es donde se afeitan. Por cierto, como mucho cada 10 ó 15 días. No necesitan más. Y no verás a nadie mal afeitado nunca. Qué envidia para muchos hombres occidentales).
  • Otro mueble lógico para nosotros es la mesa de comedor con sus sillas. Pues no, aquí no. En casi todos los restaurantes las utilizan, pero en casa les gusta sentarse en el suelo y comer en mesitas bajas. Así que si ya no estás en disposición de sentarte mucho rato en el suelo con las piernas cruzadas, anótalo también.
  • Calentador de agua: ellos no lo suelen necesitar porque están más curtidos que nosotros, además, hacia mediodía puede incluso que tengas que dejar correr un poco el agua antes de usarla porque al estar  el depósito en el tejado saldrá más que caliente. Pero yo creo que no viene mal tenerlo porque si te duchas bien temprano, se agradece.

Más cosillas “no tan extrañas” que podría ser interesante anotar:

  • Televisión: Obviamente, la programación suele ser en indonesio, así q a priori puede que no te interese. Sin embargo, si contratas la tv privada, tendrás muchos canales con emisión de películas en inglés. Independientemente, siempre podrás ver mejor en ella películas, reportajes o vídeos a través del ordenador o de un pen. No olvides que la TV pública necesita de antena exterior (q tendrás que comprobar si está).
  • Lavadora: No sé realmente si aconsejarla. Sí, creo que sí. Veamos, casi todas son de carga superior pero el tambor gira hacia los lados. No sé si es por la lavadora o por el detergente, el caso es que la ropa, además de super arrugada, nunca sale del todo limpia. Existen lavanderías, muy baratas, realmente no merece la pena hacerlo en casa, si no fuera porque hay que rezar antes de ver cómo dejaron la prenda, porque los productos que utilizan son tan fuertes que cuando no decoloran las prendas, es porque las encogen y si no, las estiran. Con el inri de que las manchas siguen en su sitio. Yo he optado por hacerlo en casa y usar el truco del almendruco, la gotita de lavavajilla en las manchas. Es lo que mejor funciona.
  • Doy por descontado los aparatos de aire acondicionado en CADA habitación, al menos en aquellas que se usarán habitualmente. La cocina, si es que existe, que eso tiene telita, ya lo explicaré en el post donde os describa las casas, ya es más difícil que tenga. Aseguraos de que funcionan correctamente.
  • Depósito y Bomba agua: todas las casas suelen tener un depósito de agua en el tejado. Si la vivienda es muy nueva, conviene asegurarse de que ya está colocada y nunca viene mal una bomba para dar mayor potencia al caudal cuando te duches.
  • Por último, conviene mencionar la ropa de cama. Se le puede pedir al casero, pero realmente no sé si merecería la pena traerla de casa. Y es que hay un problemilla: a muchos nos molesta dormir con el aire acondicionado en marcha en el dormitorio, pero es imposible conciliar el sueño sin refrigeración. Hay dos opciones: o ponerla en otra habitación anexa dejando la puerta abierta, para lo cual aconsejaría usar sábanas de algodón porque en caso contrario, sudaréis. O dejar el aire conectado pero tapándose, porque casi seguro que el chorro de aire irá directamente a la cama. Si se elije lo primero, difícil será encontrar sábanas de algodón aquí, así que hay que anotarlo para traerlo, midiendo bien antes el ancho de la cama y el grosor del colchón, porque suelen ser grandísimos. Si se elige la segunda opción, conviene saber que la sábana de arriba aquí no saben lo que es. Y la funda nórdica, tampoco. Se utilizan edredones o colchas directamente, por lo que yo, personalmente, me traería aunque sea alguna sabanita de arriba, que siempre será más fácil de lavar a menudo.

Si decidís comprar vosotros mismos los muebles, os cuento:

  • Hay alguna agencia que lo puede hacer por tí y seguramente encontrará muebles mejores y con más diseño, aunque ya se sabe, la comodidad de que te hagan las cosas hay que pagarlas.
  • Si tienes tiempo y ganas, buscar tu mobiliario personalmente puede ser divertido. Las tiendas de toda la vida, sean de lo que sean, exponen sus artículos en la propia calle, así que no te será difícil encontrarlas.

.  Los mall  (centros comerciales), en sus pasillos, también tienen una gran exposición de muebles. Bueno, lo cierto es que lo que más hay son camas, seguidas de sofás. No esperéis encontrar demasiada variedad de mobiliario y diseño. Aquí la decoración es bastante sencilla.

.  Los grandes supermercados están casi siempre ubicados dentro o junto a un mall.  Como es habitual, también allí encuentras algunas cosillas no muy caras.

. Un detalle adicional: encontrarás carpinterías que te hacen el mueble que quieras. A veces la calidad no es muy buena porque utilizan maderas demasiado jóvenes y sin secar bien y tenderán a resquebrajarse, pero para hacer el apaño el tiempo que estés aquí, es suficiente.

Hazles un dibujo con el mayor número de detalles posible, sin olvidar las medidas. Como anécdota: los compañeros que ocuparon mi casa anteriormente encargaron unas sillas y, como  los extranjeros solemos ser algo más altos que la media indonesia, pidieron que pusieran el asiento un poquito más alto. El resultado fue éste:
 
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Quedaron un poquillo altas para usarlas en el comedor, pero reconocen que es lo único que les dio pena no poder llevarse al marchar.


 
– Ahora bien, si quieres dar un toque bien bohemio a tu casa y además poder elegir entre mil modelos o adquirir buena madera de teca, ve a Bali a comprarlos. Hay mil tiendas a pie de carretera. Realmente son otras islas las que aportan la materia prima y la elaboración básica, pero son enviados a Bali para su acabado y es quien se lleva la fama. 
 
Ellos mismos se encargarán de poner los muebles en un contenedor y mandártelos a casa. El coste dependerá del cubicaje, y a menudo resulta algo elevado. Si estás comprando calidad y diseño, merecerá la pena, en caso contrario, tal vez no. Incluso te los podrás llevar a España libre de tasas si has estado viviendo aquí legalmente censado dos años. Al menos así era antes, porque la legislación cambia cuando menos te lo esperas.
 
– Pero ojo con lo que te llevas. Normalmente las antigüedades están protegidas y no se pueden sacar del país. Habría que consultar la legislación vigente si llegara el momento. Lo mismo ocurre con las conchas u otros elementos marinos. A mí me resulta increíble. Si el mar lo arrastra y lo encuentras en la orilla, o si la has comprado legalmente en una tienda, por qué no poder llevártelo a casa. Evidentemente, si son piezas pequeñas, no te pondrán pegas pero si son grandes, pudiera ser. Me contaban no hace mucho de una pieza tan larga como una maleta. En la aduana europea no sólo la requisaron sino que costó una buena multa a su poseedor y gracias que quedó ahí todo.
 
– Por último, unas cortinitas, por livianas que sean, además de evitar los ecos e impedir que te vean desde fuera o que entre el sol (que de verdad que aquí mejor que no entre), siempre dan un toquecillo más de hogar.
 
Encontrarás mil tiendecillas minúsculas en plena calle, una tras otra, junto al mall Karebossi. No puedes imaginar lo que dan de sí dos o tres metros cuadrados de tienda.  Lo más difícil será encontrar una cortina sencilla. Aquí gustan las telas pesadas y los diseños clásicos (Algo así que haga juego con los sillones rojos anteriores).
 
– Otra cosa son las cortinas de ducha. Esas, si tienes suerte, igual las encuentras en algún super, pero sólo si tienes suerte. A veces tardas menos trayéndolas de España en unas vacaciones.
 
-Tal vez podría apostillar alguna otra cosilla pequeña que seguramente habrá aquí también, pero que no sabes dónde demonios la podrías encontrar, como es mi caso con las tijeras de cocina. Ya voy por la tercera, y eso que cocino bien poco, pero claro, con tijeras de escritorio, en cuento le metes mano al pollo para cuartearlo, te puedes imaginar.
 
Aunque no sé a cuento de qué me quejo. Buena excusa para cocinar aún menos.
 ¡Si es que no puedo más que estar agradecida a esta tierra!